Animus Iocandi

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Crónica: opacando las fiestas navideñas



Andamos por el mes más alegre, fiestero y -para muchos- divertido del año: diciembre. Por tal motivo se cumple con todas las tradiciones que esta épo
ca decembrina, sea cual sea tu clase social, sexo, raza o creencia religiosa.

Pólvora, globos, velas, natilla, buñuelos, aguinaldos, inocentadas, agüeros de fin de año... todas estas, tradiciones invaluables dentro de nuestro contexto, que nos hacen compartir entre familia y amigos y disfrutar una linda época del año.
Pero entre tantas costumbres mencionadas, olvidé nombrar la que más perdura durante todo el mes y quizá la más significativa: las luces, o en términos más criollos, los alumbrados.

Balcones decorados con diversas luces y figuras, edificios reflejando la alegría navideña, barrios y unidades enteras decoradas mostrando la unión de sus habitant
es; los alumbrados de diciembre son sin duda una muestra de alegría, belleza y unión. Así mismo, en mi ciudad se instalan unos de los mejores alumbrados de toda Latinoamérica, algo que atrae cantidades de turistas de otras partes del país y del mundo.

¡Es un orgullo que nuestros alumbrados sean admirados por extranjeros! Pero nunca en mi país la dicha puede ser completa, ¿a qué me refiero? Que, hace un par de días fui a ver qué tal los alumbrados de este año y me lleve una no grata sorpresa.

Créanme que no es grato para los ojos de una persona normal, el caminar por el paseo del río cruzándose con especímenes ya muy comunes en la ciudad, encargados de incomodarte la vista por donde quiera que pases.
¿Conocen esta especie de vertebrados? Los expertos afirman que son cercanos a nosotros, ¡carajo, qué maldición!

Pero bueno, si provenimos de simios, no es tan vergonzoso el saber que hay una especie que evolucionó de una forma que no quedara muy alejado deellos.
Vulgarmente conocidos como "niggaz", son la plaga de los mamíferos, así como lo son las cucarachas dentro de los insectos o las ratas dentro de los roedores. Pero la diferencia se encuentra en que, ¡tenemos que convivir con ellos!

Sé lo que ustedes están pensando, y les responderé a la pregunta que se andan formulando: no, aún no se les prohibe la entrada a escenarios públicos. Joder, que si uno quiere disfrutar en armonía una decoración navideña, es inevitable arruinarse el momento viendo una manada en cada esquina.
Sí, es difícil realizar una salida amena donde tu integridad mental y física (no se sabe aún de qué son capaces estos mamíferos)no corran peligro al lado de los subdesarrollados niggaz.
Y eso no es lo peor de todo, sabemos que una buena salida incluye una buena comida, nada como acompañar el camino de los alumbrados con un hot dog o un chuzo, pero mis queridos lectores, les haré una pregunta -en la cual sé que la respuesta será negativa-

¿Te atreverías a degustar una comida rápida donde ella fuera la cocinera?

No amigos, no exagero, se han apropiado del negocio de comidas. Ahora ni tu sistema digestivo estará a salvo, pues no se sabe qué extrañas enfermedades puedan contagiar estos mamíferos originarios del continente africano.

Lo más probable es que se esté estudiando una vacuna para andar seguros al lado de ellos, pero por lo pronto, mantente alerta, debemos prevenir una pandemia y que el síndrome nigga invada nuestro planeta.

Yo me dedicaré a divisar los alumbrados que colocaron en las torres de mi urbanización. Por lo menos allí estoy seguro.


*Publicado Por Juan Camilo Rodríguez

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